Aún tengo un par de apuntes y menciones honorarias en el
tintero, pero puesto que estamos a 01/01/19, parece conveniente revelar por
fin, aquí y ahora, cuál ha sido oficialmente y sin lugar a dudas el Premio
Waznei, el…
tintero, pero puesto que estamos a 01/01/19, parece conveniente revelar por
fin, aquí y ahora, cuál ha sido oficialmente y sin lugar a dudas el Premio
Waznei, el…
MEJOR JUEGO DE 2018: INTO THE BREACH
Con Into the Breach, en Subset Games imparten una clase magistral
en transparencia. Un juego de estrategia tan bien ajustado en sus mecánicas,
con una exposición tan perfecta y pura de la información necesaria, que se transforma
casi en un puzle. En cada turno, sabemos siempre exactamente lo que va a pasar,
lo que convierte cada movimiento en una decisión significativa. Evita el problema
de dispersión, frecuente en algunos otros tipos de estrategia, conteniendo la
partida en una escala muy manejable: aquí jamás pasa como en los Civilization,
que la partida pierde interés hacia el final, ya que nunca duran tanto. Evita
el problema de la aleatoridad, presente en el juego anterior de Subset Games,
FTL, reduciéndola a la mínima expresión y consiguiendo que (al contrario que en
FTL) nunca nos encontremos con una desventaja injusta por el azar del destino.
Todo depende de las decisiones que se tomen, y siempre hay una manera (a menudo
varias) de conseguir el objetivo. Y, finalmente, mantiene una elevadísima
rejugabilidad, de modo que uno sigue teniendo incentivos para volver a jugar una
y otra vez, gracias a los equipos que se van desbloqueando según se consiguen
logros, con un sistema que, una vez más, remite a lecciones bien aprendidas en
FTL.
en transparencia. Un juego de estrategia tan bien ajustado en sus mecánicas,
con una exposición tan perfecta y pura de la información necesaria, que se transforma
casi en un puzle. En cada turno, sabemos siempre exactamente lo que va a pasar,
lo que convierte cada movimiento en una decisión significativa. Evita el problema
de dispersión, frecuente en algunos otros tipos de estrategia, conteniendo la
partida en una escala muy manejable: aquí jamás pasa como en los Civilization,
que la partida pierde interés hacia el final, ya que nunca duran tanto. Evita
el problema de la aleatoridad, presente en el juego anterior de Subset Games,
FTL, reduciéndola a la mínima expresión y consiguiendo que (al contrario que en
FTL) nunca nos encontremos con una desventaja injusta por el azar del destino.
Todo depende de las decisiones que se tomen, y siempre hay una manera (a menudo
varias) de conseguir el objetivo. Y, finalmente, mantiene una elevadísima
rejugabilidad, de modo que uno sigue teniendo incentivos para volver a jugar una
y otra vez, gracias a los equipos que se van desbloqueando según se consiguen
logros, con un sistema que, una vez más, remite a lecciones bien aprendidas en
FTL.
El único “pero” que le podría poner es que precisamente como
consecuencia del diseño elegante que derrocha, Into The Breach puede resultar
bastante más fácil y corto que otros juegos del estilo, y desde luego mucho más
que FTL. El juego trata de resolver esto proponiendo un nivel de dificultad
mayor y apoyándose en los desbloqueables para animarnos a seguir jugando, y lo
cierto es que aunque lo consigue, el contador de horas jugadas no se acerca ni
por asomo a las que te pueden meter en un cuerpo un FTL o un Civilization, por
seguir con los mismos ejemplos. Lo cual, bien mirado, no tiene por qué ser un
defecto.
consecuencia del diseño elegante que derrocha, Into The Breach puede resultar
bastante más fácil y corto que otros juegos del estilo, y desde luego mucho más
que FTL. El juego trata de resolver esto proponiendo un nivel de dificultad
mayor y apoyándose en los desbloqueables para animarnos a seguir jugando, y lo
cierto es que aunque lo consigue, el contador de horas jugadas no se acerca ni
por asomo a las que te pueden meter en un cuerpo un FTL o un Civilization, por
seguir con los mismos ejemplos. Lo cual, bien mirado, no tiene por qué ser un
defecto.
Personalmente entiendo que el tema de la duración es una consecuencia
de las decisiones que se tomaron para hacer del juego lo que es: una
experiencia casi perfecta de estrategia táctica y de sorprendente accesibilidad.
Casi minimalista, el minuto de juego en Into the Breach contiene más jugo del que en otros muchos
juegos se puede exprimir en una hora. Por esto, por su interfaz perfecta, por
su historia inquietante, Into The Breach ha conseguido ser el mejor videojuego
de 2018.
de las decisiones que se tomaron para hacer del juego lo que es: una
experiencia casi perfecta de estrategia táctica y de sorprendente accesibilidad.
Casi minimalista, el minuto de juego en Into the Breach contiene más jugo del que en otros muchos
juegos se puede exprimir en una hora. Por esto, por su interfaz perfecta, por
su historia inquietante, Into The Breach ha conseguido ser el mejor videojuego
de 2018.