Menciones Especiales 2020 – Mejor Juego de Acción

El premio honorífico a mejor juego de acción de 2020 va a uno de los pocos juegos de este año que compitieron seriamente por el premio gordo; uno de los que podemos considerar serios finalistas. Se trata de Sekiro: Shadows Die Twice.

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From Software lanzaron Sekiro: Shadows Die Twice a principios de 2019 en medio de una gran expectación, como corresponde a cualquier obra que presente uno de los estudios más prestigiosos de la industria. Hoy en día, en From pueden contarse entre los creadores más influyentes del videojuego mundial y tienen una legión de fans atentos a cualquier proyecto que quieran emprender. No fue siempre así, ya que se trata de un estudio más antiguo de lo que uno pudiera pensar y que durante muchos años (décadas!) estuvieron muy lejos de disfrutar de la atención de los medios, sobreviviendo con producciones de poca trascendencia en occidente, algunas de las cuales creo que ni siquiera llegaron a Europa, y concentrando sus mayores éxitos en el muy reducido nicho de la saga Armored Core.

Fue precisamente en un juego de Armored Core donde debutó como director Hidetaka Miyazaki, quien se convertiría en la estrella del estudio y uno de los diseñadores más importantes del mundo del videojuego tras la publicación de Dark Souls en 2011. From Software llevaban en activo por entonces unos 25 años, pero no creo que pudieran imaginarse lo que tenían por delante. Dark Souls se convirtió en juego más influyente de la década y en una franquicia de éxito, mientras Miyazaki volvía a dar en el clavo con Bloodborne (2015), que muchos ven como una evolución natural de las ideas de Dark Souls. En este contexto, al anunciar From un nuevo juego de Miyazaki que prometía una nueva vuelta de tuerca evolutiva, era imposible que Sekiro: Shadows Die Twice no fuese uno de los juegos más esperados de 2019. No decepcionó.

Sekiro es un juego de acción y exploración fantástico que brilla especialmente por su sistema de combate, con el que consigue emular la tensión de los duelos a espada de los ninjas de leyenda. Flexible, satisfactorio, interesante, espectacular y, sí, muy difícil, el combate en Sekiro es una danza macabra que nos obliga a olvidarnos del miedo y a dejar atrás cualquier instinto de supervivencia para bailar al filo de la muerte hasta encontrar el momento preciso en que podremos atravesar al enemigo con la espada. Una vez has entrado en combate, en Sekiro por lo general no sirve la precaución, ni te salva asegurar, ni puedes plantearte un combate largo en el
que ir haciendo daño a tu enemigo poco a poco, sino que tienes que vencerlo “en buena lid”: sometiéndolo con tus ataques y desviando los suyos.

Aparte de su extraordinario sistema de combate, otras cosas brillan también en Sekiro: el diseño de niveles es abierto y anima a la experimentación. La evolución de la historia deja siempre varios caminos abiertos, de modo que uno no se queda atascado siempre en el mismo sitio si no
quiere. Su sistema de sigilo, bien entendido como una incorporación satisfactoria a un juego de acción, permite unos necesarios cambios de ritmo entre la tensión de cada combate a muerte con unas cuantas ejecuciones rápidas más sencillas, que a menudo encierran pequeños puzles muy bien integrados que vuelven a remitir a un excelente diseño de niveles. El personaje se mueve de
manera fluida y exuberante, pero también muy precisa, permitiendo mantener siempre el control de lo que hacemos.

El juego fue un rotundo éxito comercial y artístico, y al igual que propuestas anteriores del estudio, volvió a generar cierto debate online en cuanto a la dificultad, especialmente en lo referente a la ausencia de un “modo fácil” o un selector que permitiese ajustarla al gusto del usuario. Aunque me parece un debate interesante y una cuestión que el diseñador sin duda debe valorar con cuidado, la elevada dificultad de Sekiro (en mi opinión superior a la de Dark Souls, que volvió a poner “de moda” los juegos difíciles) no debería distraer la atención de nadie de la excelencia del juego en general. Sekiro hay que jugarlo, y morir mucho, y volver a intentarlo, las veces que haga falta. No se disfruta menos por morir mucho, ni más por morir poco ni por llegar al final (yo no he llegado). Pero se disfruta, y al final esto es lo que queda: que Sekiro hay que jugarlo.

Premio Waznei 2020 – Mejor Juego del Año: Crusader Kings III

 

No tiene sentido demorarlo más. Este es, hasta ahora, el año en que más fácil le ha resultado al jurado decidir el ganador, especialmente después de que algunos de los otros favoritos en las apuestas, como Silksong, Old World o Cyberpunk 2077 se hayan ido a 2021. El Premio Waznei 2020 al Mejor Juego del Año es, por supuesto, para Crusader Kings III.

 

Crusader Kings 2 era el juego que yo siempre quise jugar. Una mezcla de estrategia y RPG en la que en lugar de manejar a un personaje, manejarías la estirpe de ese personaje a lo largo del tiempo, lo que permitiría contar historias a una escala mucho mayor. Mientras yo fantaseaba sobre cómo podría funcionar un juego así, en Paradox estaban haciéndolo. La primera versión, el
Crusader Kings (2004) original, no tuvo un gran éxito y fue, según tengo entendido, un juego prometedor pero con serios problemas. Yo lo conocí como “el juego de los parásitos intestinales” por una historia que me contó alguien que había jugado y, aunque me dio curiosidad, el hecho de que yo no entendiese inglés en aquel entonces, unido a que tampoco me lo habían pintado muy bien, me hizo pasar de él.

Cuando salió Crusader Kings 2 en 2012 muchas cosas habían cambiado. El juego se lanzó muy mal traducido, pero afortunadamente yo ya leía inglés con cierta soltura, y fueran cuales fuesen los problemas del original, seguramente estaban resueltos en la segunda parte. Me enteré de su existencia más o menos al mismo tiempo de su lanzamiento y lo jugué prácticamente desde el principio. Y digo “desde el principio” porque se convirtió en uno de mis juegos de cabecera, uno de esos que siempre vuelven, a los que puedes jugar febrilmente durante docenas de horas, dejarlo una temporadita, y volver a engancharte de nuevo exactamente igual que la primera vez. Jugué con regularidad durante cientos de horas los años siguientes, hasta más o menos 2017 me parece, y creo que no exagero si digo que las primeras 100 horas habrán caído durante el primer mes. Sesiones de juego muy intensas.

Crusader Kings 2 fue también el juego en el que Paradox estrenó su nueva política de DLCs, muy criticada en algunos ámbitos. A lo largo de los años el juego fue acumulando docenas de DLCs, en su mayoría añadidos puramente cosméticos como nuevas músicas, escudos de armas e ilustraciones de personajes, pero también hubo unos cuantos que incorporaban cosas nuevas al juego básico, como la posibilidad de jugar con musulmanes o paganos, que tenían sus propias mecánicas de juego. Aunque la (para algunos) sobreabundancia de DLCs fue muy cuestionada, acusando a Paradox de exprimir a los fans, lo cierto es que por lo general fueron un éxito comercial y en cualquier caso nunca dejaron de ser perfectamente opcionales. De hecho, con la misma frecuencia que lanzaban los DLCs, Paradox fue sacando actualizaciones gratuitas del juego que lo modificaron de manera muy significativa, de modo que el juego que yo empecé a jugar en 2012 se parecía más bien poco al mismo juego que uno puede descargarse gratuitamente hoy en día, incluso sin comprar ningún DLC.

Aún así, yo personalmente empecé a sentir que el ciclo de vida del CK2 estaba agotado bastante antes que Paradox, que continuó lanzando expansiones alegremente de manera periódica bastante tiempo después de que yo hubiera ido dejando de jugar. Generalmente soy muy de pasar página y dejar atrás los juegos con rapidez para probar algún otro, y en este caso supongo que también ha sido así, pero la solidez de la premisa básica, unida a las constantes actualizaciones y a la abundancia de mods, me han dejado pegado a CK2 mucho más tiempo del que suele ser habitual. Por cierto, comentar que el mod de Juego de Tronos es, con diferencia, el mejor juego que existe de esa ambientación, y un trabajo realmente admirable.

Pero no estoy aquí para hablar de CK2, sino de CK3, que Paradox lanzó el pasado mes de setiembre después de haberlo anunciado más o menos un año antes. Después de lo que estoy diciendo de la segunda parte, podéis imaginar que este era uno de los juegos más esperados del año para mí. Pues bien: después de haber echado un par de partidas rápidas (apenas unas 80 horas en total) creo que puedo decir tranquilamente que Crusader Kings 3 supera a su antecesor en casi todos los aspectos.

Lo supera a nivel técnico, desde luego, como cabría esperar de un juego lanzado en 2020 comparado con uno de 2012. El salto desde los retratos estáticos a las animaciones 3D ha sentado muy bien a los personajes, que parecen más vivos que nunca. El mapa es mucho más grande, detallado y, sí, bonito; es un placer mirarlo en todas las escalas. Seguramente es en la interfaz donde las mejoras respecto a la versión anterior son más notables. Aunque sigue manteniendo un grado respetable de complejidad, el juego es mucho más manejable, más claro, más fácil de aprender y de jugar, lo que elimina en gran medida la principal barrera de entrada de esta saga (y de cualquier juego de Paradox, por cierto): el no enterarse de qué narices está pasando ni de qué hay que hacer. Entre la especie de civilopedia que hay integrada en el juego (prácticamente todo tiene una ventana emergente explicativa que facilita la información clave en cualquier situación) y el nuevo sistema de alertas y consejos que resalta cuestiones importantes en el momento en que ocurren, mi sensación es que un nuevo jugador puede encontrarse enseguida metido de lleno en la salsa del juego, tramando asesinatos, acordando alianzas e iniciando guerras. Incluso han conseguido hacer un tutorial que te enseña a jugar, lo nunca visto en un juego de Paradox.

 

Pero el corazón de Crusader Kings, lo más importante, y lo que lo eleva sobre otros juegos, es su capacidad de generar historias únicas y apasionantes. En esto, CK3 mantiene la magia de su predecesor. Es básicamente lo mismo, ya que en esto era muy difícil superarlo. En este sentido, más que una secuela, CK3 tiene más un feeling de remake o de nueva edición; como saltar de una edición a otra de D&D más que de jugar a la continuación de un juego anterior. El juego sigue siendo como un gran simulador de guiones de telenovela, donde los destinos de las naciones dependen de los caprichos más mundanos de los reyes, y tienen cabida todas las grandes historias, las más viles traiciones, los momentos más gloriosos, las batallas más cruentas.

En esta ocasión todo ello ocurre mediante unas mecánicas más pulidas y mejor integradas entre sí. La especie de Frankenstein que era CK2 en sus últimos tiempos, con años de DLCs apilados unos sobre otros, ha dejado paso a un CK3 más elegante, más sencillo, pero también mejor definido y lleno de color. Lo que en tiempos se resolvía con un botón de “asesinar”, un coste en
oro y una complicada fórmula para decidir el resultado, se ha convertido ahora en un cuidadoso complot en el que usamos a otros personajes como agentes para tramar un plan contra nuestra víctima, en el que podemos ir eligiendo diversas opciones (¿una emboscada en un camino? ¿Una serpiente entre sus sábanas?) y en el que debemos cuidar que no nos descubran, ni que algún agente se vaya de la lengua. Incluso en caso de tener éxito, el hecho de haber mandado asesinar   alguien es un secreto que nos acompañará siempre y que debemos cuidar que no llegue a manos enemigas, lo que da pie a todo un sistema de secretos y chantajes que es una delicia, incluso cuando lo usan contra ti.

Si tuviera que decir algo negativo del juego, seguramente iría en la línea de una relativa escasez de eventos, que provocan que muchos de ellos se repitan varias veces a lo largo de una misma partida, pero es un detalle que parece inevitable en un juego que en realidad ofrece, una vez más,
una rejugabilidad infinita. Aún así, no tengo ninguna duda de que Paradox va a continuar su política de mejora continua, así que es bastante probable que el CK3 que estamos jugando en 2020 sea una versión más pobre y primitiva del CK3 que jugaremos en 2021 o 2022. La verdad, estoy deseando comprobarlo.

Premio Waznei 2020 – Participantes

¡Volvemos a estar en esa época del año! Esta vez vamos a hacer un pequeño cambio en los criterios para el premio a partir de esta edición. En lugar de considerar el año natural, vamos a dejar el mes de diciembre para el año que viene, por una razón muy sencilla: no me da tiempo a
jugar en condiciones a los lanzamientos de diciembre. Asi que el de este año va a ser un premio de solamente 11 meses, pero no me da pena porque 2020 no se merece otra cosa. Lo que juegue en diciembre de 2020, lo tendremos en cuenta para el premio de 2021. Si los Oscar lo hacen, los Waznei no son menos.

Otro cambio sutil en los criterios de este año viene marcado por mi experiencia con la Turbografx Mini, que viene a cerrar la “trilogía de la nostalgia” que forma junto a la Super Nintendo Classic y la Megadrive Mini de 2018 y 2019. El catálogo de la Turbografx siempre fue un tanto desconocido para mí, y me ha sorprendido comprobar que aunque tiene algunos juegos muy buenos, también tiene otros rematadamente malos. Me ha impresionado tanto lo malos que son algunos de los juegos incluidos en el catálogo de la mini, que considerarlos “candidatos” al premio me deja mal sabor de boca. Hasta ahora estaba siendo bastante flexible con esto (otros años también he jugado a juegos malos), pero en aras de la honestidad, en lugar de una lista de Candidatos al Premio Waznei, vamos a proponer una lista de Participantes. Porque, francamente, cosas como JJ&Jeff no son candidatas a nada que no sea una condena al ostracismo. Pero jugar sí que he jugado, y no sería honesto negarle su sitio en la lista.

Por lo demás, son de aplicación los criterios habituales y ya ampliamente comentados: juegos jugados por primera vez en 2020, etc. Todos conocemos ya los detalles y entendemos que es la mejor manera; de hecho, es una satisfacción ver como muchos otros medios siguen el ejemplo de los Premios Waznei incluyendo en sus selecciones de 2020 juegos de 2018 como Among Us… otra prueba de que marcamos la vanguardia en las tendencias. Así pues, y sin más dilación, aquí está la lista de Participantes de este año que aspiran a hacerse con el Premio Waznei (como siempre, asterisco para los juegos en early access o que no han sido lanzados oficialmente):

Sekiro: Shadows Die Twice (2019)
Superhot VR (
2016)
Wildermyth
(2019)*
Ori and the Blind Forest: Definitive Edition
(2016)
Age of Wonders: Planetfall
(2019)
Spinnortality
(2019)

Whispers of a Machine (2019)
Six Ages: Ride Like the Wind
(2019)
PES 2020
(2019)
Molek-Syntez
(2019)
Reventure
(2019)
Half-Life: Alyx
(2020)
XCOM: Chimera Squad
(2020)
Streets of Rage 4
(2020)
The Last Express
(1997)
Borderlands 2
(2012)
DiRT Rally 2.0
(2019)
Griftlands
(2020)*
Journey
(2012)
Outer Wilds
(2019)
Monster Train
(2020)
South Park: The Stick of Truth
(2014)
Crusader Kings 3
(2020)
Hades
(2020)
Paradise Killer
(2020)
FIFA21
(2020)
Alien Crush
(1988)
Lords of Thunder
(1993)
Blazing Lasers
(1989)
Ninja Spirit
(1988)
The Kung Fu
(1987)
Soldier Blade
(1992)
Cadash
(1989)
Chew Man Fu
(1990)
New Adventure Island
(1992)
Bonk´s Revenge
(1991)
JJ&Jeff
(1987)
Disc Room
(2020)
Manifold Garden
(2019)

Paradójicamente, con 39, es el año con menos participantes en el premio hasta ahora, cuando cabría pensar que los confinamientos habrían facilitado el videojuegueo a lo largo del año. En realidad sí que ha sido así, pero pensando en ello, invertí muchas horas jugando a cosas que ya había jugado anteriormente, en especial los dos Original Sin, de los que ya hablé en otra ocasión, y el sempiterno Football Manager Touch, cuya versión 2021, por cierto, tampoco he podido jugar todavía debido a retrasos en el lanzamiento… otro competidor que se va al año que viene. La edición del Premio Waznei para 2021 promete ser muy competida, si finalmente sale todo lo que está en el horno, pero para pensar en eso aún falta mucho tiempo.

Hasta entonces, estos próximos días anunciaremos el ganador del Premio Waznei 2020 e iremos comentando las menciones especiales a los juegos más reseñables de este año. ¡Disfrutad!