Seguimos con lo más notable del año. Ahora le toca al…
Juego Más Original: Cultist Simulator
Igual que ocurre en el cine con los directores, es
inevitable que uno al final acabe enterándose del nombre de sus diseñadores
favoritos. Cuando yo era pequeño, me parecía que solo existían grandes empresas,
que todo era Sega o Nintendo o Dinamic (ejem) y que para una sola persona era
imposible hacer un gran juego. Resulta que esto es verdad solo en parte, y con
el tiempo he descubierto que no solo es posible, sino que algunos de los juegos
más importantes sí que han sido el producto de la visión de una sola persona.
inevitable que uno al final acabe enterándose del nombre de sus diseñadores
favoritos. Cuando yo era pequeño, me parecía que solo existían grandes empresas,
que todo era Sega o Nintendo o Dinamic (ejem) y que para una sola persona era
imposible hacer un gran juego. Resulta que esto es verdad solo en parte, y con
el tiempo he descubierto que no solo es posible, sino que algunos de los juegos
más importantes sí que han sido el producto de la visión de una sola persona.
Ahora mismo, nombres como Sid Meier, Soren Johnson, Phil
Fish, Miyamoto, Igarashi, Pajinov o Lucas Pope son más o menos conocidos por su
trabajo como diseñadores. Para mí, otro nombre que añadir a esta lista es el
Alexis Kennedy, el autor de este experimento demencial que es Cultist
Simulator.
Fish, Miyamoto, Igarashi, Pajinov o Lucas Pope son más o menos conocidos por su
trabajo como diseñadores. Para mí, otro nombre que añadir a esta lista es el
Alexis Kennedy, el autor de este experimento demencial que es Cultist
Simulator.
Hay que reconocer que Alexis Kennedy es un diseñador
bastante atípico, no solo porque sus juegos tienden a ser experimentos muy
raros, sino porque todos suelen basarse en el encanto de la palabra escrita
antes que en ser un espectáculo visual. Su fuerte está en la narrativa, y
después de disfrutar del oscuro y fascinante Sunless Sea y este (no menos
oscuro y fascinante) Cultist Simulator, cuento a Kennedy entre mis escritores
favoritos, así sin más. El día que este hombre escriba una novela, iré a por
ella de cabeza. Creo que la manera más fácil de describir su estilo es decir
que si Lovecraft fuera un escritor realmente bueno, sería Alexis Kennedy.
bastante atípico, no solo porque sus juegos tienden a ser experimentos muy
raros, sino porque todos suelen basarse en el encanto de la palabra escrita
antes que en ser un espectáculo visual. Su fuerte está en la narrativa, y
después de disfrutar del oscuro y fascinante Sunless Sea y este (no menos
oscuro y fascinante) Cultist Simulator, cuento a Kennedy entre mis escritores
favoritos, así sin más. El día que este hombre escriba una novela, iré a por
ella de cabeza. Creo que la manera más fácil de describir su estilo es decir
que si Lovecraft fuera un escritor realmente bueno, sería Alexis Kennedy.
Vista la temática de su obra, la comparación con Lovecraft
supongo que es inevitable, pero no es nada justa con Kennedy, que es
sencillamente mucho mejor y más rico, por más que se pueda decir que es un caso
de estar subido a hombros de gigantes. El tema de Cultist Simulator resultará
familiar a cualquier fan de lo lovecraftiano: somos un señor que va entrando en
conocimiento de verdades ocultas, y que se arriesga a perder algo más que su
cordura según los descubrimientos van profundizando en una espiral descendente
hacia la trascendencia de la propia mortalidad. La mecánica que usa Kennedy
para representar todo esto es a través de cartas que representan objetos,
personas e ideas, que debemos combinar con verbos para utilizarlas, mejorarlas
y transformarlas, en una especie de solitario demente que te va infectando el
cerebro. Y cada carta, cada paso, cada pequeño acto, viene acompañado de una
sencilla descripción, de un par de líneas de palabras mágicas que contienen un
poder de sugestión y de sentido de la maravilla horrible y magnífico.
supongo que es inevitable, pero no es nada justa con Kennedy, que es
sencillamente mucho mejor y más rico, por más que se pueda decir que es un caso
de estar subido a hombros de gigantes. El tema de Cultist Simulator resultará
familiar a cualquier fan de lo lovecraftiano: somos un señor que va entrando en
conocimiento de verdades ocultas, y que se arriesga a perder algo más que su
cordura según los descubrimientos van profundizando en una espiral descendente
hacia la trascendencia de la propia mortalidad. La mecánica que usa Kennedy
para representar todo esto es a través de cartas que representan objetos,
personas e ideas, que debemos combinar con verbos para utilizarlas, mejorarlas
y transformarlas, en una especie de solitario demente que te va infectando el
cerebro. Y cada carta, cada paso, cada pequeño acto, viene acompañado de una
sencilla descripción, de un par de líneas de palabras mágicas que contienen un
poder de sugestión y de sentido de la maravilla horrible y magnífico.
Al igual que Sunless Sea, es un juego con aristas y que no
se puede recomendar despreocupadamente, ya que sin duda habrá personas que lo
encuentren ajeno a sus gustos. Para todos los demás, Cultist Simulator es un
placer tan exquisito y extraño como los que podemos encontrar en el Ecdysis
Club.
se puede recomendar despreocupadamente, ya que sin duda habrá personas que lo
encuentren ajeno a sus gustos. Para todos los demás, Cultist Simulator es un
placer tan exquisito y extraño como los que podemos encontrar en el Ecdysis
Club.